-
Qué es la materia "Introducción a la Sagrada Escritura "?
- = versa sobre la dimension teologica de la Biblia. Por tanto, no es una presentación de los diversos libros sagrados, sino una reflexión sobre el carácter sagrado de la Biblia.
- = examina por qué unos libros son considerados sagrados en la confesión de la fe cristiana, cómo se llega a esa convicción y qué consecuencias conlleva esa realidad para su interpretación.
-
2. Cuál es la diferencia del religión cristiana a otras religiones?
= la revelación cristiana no niega el aspecto plenamente humano de los libros. No es como el Corán, del que se afirma que fue dictado por un ángel. Leemos los libros sagrados cristianos y, màs que una palabra de Dios a los hombres, nos parece que estamos ante palabras de los hombres sobre Dios. Esto es innegable, los libros de la Sagrada Escritura son libros de humanos que hablan de Dios; pero al mismo tiempo, entendemos que esos libros están inspirados, y por eso, son palabra de Dios dirigida a los hombres. En este sentido, la concepción cristiana de su libro sagrado, la Biblia, es enteramente singular.
-
Cuál es el reto que se presenta a la reflexión teológica de la Sagrada Escritura o la Biblia?
= afirmar el carácter plenamente humano, que se percibe de manera inmediata, al mismo tiempo que el carácter plenamente divino que tienen esos libros en la Iglesia.
-
Cuál es la característica más importante de la Biblia?
= no es ella misma, sino el contexto en el que se lee y se entiende. Este contexto es Jesucristo y la Iglesia.
-
Cuatro cosas muy importantes sobre el tema: La Sagrada Escritura
- 1. La Biblia como obra literaria y como revelación
- 2. Denominaciones y libros que la componen
- 3. La Biblia en la fe de la Iglesia
- 4. Biblia e Iglesia
-
Qué es la Biblia?
es, probablemente, el libro más leído en la historia de la humanidad. Casi con seguridad es el más editado. Traducida a más de dos mil lenguas, cada año se publican casi veinte mil libros o artículos científicos que versan sobre ella.
-
En una descripción elemental, la importancia de la Biblia se podría expresar a partir de tres nociones. Cuáles son?
- 1. Es un monumento de la cultura
- 2. Es un libro religioso
- 3. Es un libro portador de una revelación.
-
Qué significa " la Biblia es un monumento de la cultura"?
= La Biblia es sin duda alguna uno de los "monumentos culturales" de nuestra civilización. Si la cultura se define de modo genérico como aquello que hace más hombre al hombre, no cabe duda de que hay que incluir a la Biblia como uno de nuestros más importantes ancestros culturales. A la Sagrada Escritura le hemos concedido autoridad "ética", como le concedemos también ser el "jardín de las referencias ", o el "gran código" sobre el que se miden los patrones artísticos occidentales.
-
Qué significa "la Biblia es un libro religioso"?
Pero si la Biblia tiene una importancia tan capital no por ser un monumento estético, sino por ser un "libro religioso". El hombre es un ser religioso y tiene preguntas religiosas: de dónde venimos?, cuál es la razón de ser del mundo?, somos creación de Dios?, qué relación tenemos con Él?, qué sentido tiene la vida?, cómo alcanzar la felicidad?, hay otra vida más allá de está?, La Biblia es un libro que da respuesta a las preguntas religiosas. Todos los libros religiosos pretenden contestar a preguntas como éstas. Sin embargo, los estudiosos han subrayado que, también en ese marco religioso común, la Biblia judía y cristiana tiene personalidad propia.
-
Qué significa "la Biblia es un libro portador de una revelación"?
sin embargo, la Biblia no se presenta como una solución a los problemas religiosos, sino como la revelación verdadera. Dicho de otra forma, la Sagrada Escritura no se presenta a sí misma como palabra del hombre sobre Dios, sino como palabra de Dios al hombre. La Biblia es la respuesta de Dios a las preguntas del hombre. Por eso, en muchos momentos de la Historia, pero especialmente en tiempos de crisis de referencias, los hombres han acudido la revelación, y a la Biblia, para descubrir un pensamiento más originario o más profundo. Y han acudido a ella, porque creen que la Sagrada Escritura tiene su origen en Dios, y es, por tanto, palabra de Dios al hombre. Por eso, se puede concluir que la Biblia ha sido, y es, monumento cultural no por su belleza formal sino porque es palabra de Dios.
-
Que es la (sagrada) Biblia?
Ese nombre ya es significativo, porque recoge una ambigüedad que se nos puede presentar a la hora de leer alguno de sus pasajes. La Biblia, es un libro, una colección de libros, o las dos cosas a la vez?
-
Cuál es el origen del término "Biblia"?
= El término Biblia era, en su origen, la transcripción latina del griego "biblia", nominativo plural de "biblion", que es el diminutivo de "biblos"(libro). Así, pues, Biblia, nominativo plural neutro de la segunda declinación, significaba "los libritos". Sin embargo, en latín tardío, esa palabra pasó a declinarse como singular de la primera declinación (Biblia, -se,), y de ese modo se ha trasmitido a las diversas lenguas romances. Pero hay más. Éste cambio, desde un neutro plural a un femenino singular, no se debe sólo a la pérdida de sensibilidad morfológica para el uso de los casos en las declinaciones, característica del latín vulgar, sino que refleja una concepción teológica particularmente viva en la Iglesia de esos primeros siglos: la Biblia, está constituida por muchos "libros" escritos por muchos autores; pero es también "un libro" compuesto por un único Autor.
-
"La Biblia está constituida por muchos "libros" escritos por muchos autores; pero es también "un libro" compuesto por un único Autor". Qué consecuencias pueden derivarse de aqui?
Acudamos a un examen un poco más detenido. Si abrimos la Biblia por diversos lugares, descubrimos enseguida que en ese libro campean todo tipo de escritos y de géneros literarios: relatos de Historia y también historias ficticias, narraciones épicas y narraciones irónicas, cantos de agradecimiento y lamentaciones, sentencias y códigos de leyes, etc. Es decir, más que un libro, deberíamos decir que la Biblia es una "Biblioteca". Y como tal hay que tenerla a la hora de leerla. Del mismo modo que si queremos leer Historia, no acudimos a la sección de ficción de la Biblioteca, al leer la Biblia tenemos que ser conscientes del género literario del libro que estamos leyendo. Pero esto no es todo. Si abrimos la Biblia católica, descubrimos que empieza con el origen del mundo, el Génesis, y acaba en un presagio de lo que será su final, el Apocalipsis. Por tanto, en cierta manera, la Biblia cuenta una historia completa, y en este sentido se puede entender como un único libro. Sin embargo, está última denominación está un poco forzada. Más que un libro, la Biblia es una colección ordena.
-
Más que ún libro, la Biblia es una colección ordenada. De dónde viene la unidad?
La unidad le viene del único autor divino, pero Dios es autor divino de la revelación. La unidad de la Biblia es un reflejo de la unidad del designio de la revelación.
-
Pero hablar del designio de la revelación de Dios, De que se habla?
es hablar del contenido específico de la Biblia. La Biblia enseña, sobre todo, el compromiso de Dios con la obra de su creación. Compromiso de Dios cuando crea, compromiso de Dios cuando se determina a no volver a enviar un diluvio sobre la tierra, compromiso con Abrahán, con el pueblo de Israel, y con todos los hombres cuando envía a su Hijo. Ese compromiso es lo que en castellano llamamos Alianza o Testamento. Y éste es también un nombre bajo el que conocemos estos libros, ya que hablamos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. La Biblia narra la historia de los pactos de Dios con los hombres para salvarlos: el pacto con Noé, con Abrahán, y sobre todo, con el pueblo de Israel. Finalmente, el pacto definitivo con todos los hombres en Cristo.
-
Pero, lo mismo que antes, a propósito del término Biblia, también ahora estas palabras y cuales son estas palabras?
pacto, alianza, compromiso, testamento– son significativas y pueden ayudar a comprender lo radical de estos libros. En la narración bíblica se habla de los pactos o alianzas que hace Dios con los hombres. Para estas acciones, la lengua hebrea tiene una palabra precisa: berit. Ahora bien, cuando la Biblia hebrea se tradujo al griego, la palabra griega que se utilizó fue diathêkê que significa, más bien, disposición. Pero es importante notar que en esta traducción no hay traición. El contenido de las alianzas narradas en la Biblia subraya sobre todo la disposición de Dios con los hombres, puesto que los hombres no siempre cumplen con lo que han pactado. El uso de la palabra en la Carta a los Hebreos enriquece un poco más el contenido de la expresión, ya que su autor (cfr Hb 9,11-28) recuerda que diathekê significa también «última disposición», es decir, testamento, y que para que un testamento entre en vigor debe morir el testador. Por ello, señala, con razón, que la verdadera alianza se dio con la muerte de Cristo. Por tanto, al hablar de Antiguo y Nuevo Testamento, lo que se hace es fijar la atención sobre el contenido de la Biblia, y lo que contiene la Biblia es, substancialmente, la disposición, el testamento, de Dios con los hombres. La terminología cuando se aplica a los libros sagrados es una metonimia.
-
(Ahora bien, a propósito de la relaciones entre los dos testamentos, es útil recordar cómo se concibe la ordenación de los libros en la Biblia hebrea y en la Biblia cristiana. Nos servirá más tarde, para entender la concepción de la revelación que hay detrás de la dos religiones.)?
La Biblia hebrea consta de 39 libros que se agrupan en tres grupos Torah (Ley), Nebhî‘îm(Profetas) y Ketûbîm (Escritos). La característica de la colección es su estructura como en círculos concéntricos que se expanden desde la Ley, que es el centro de la revelación.= La Biblia católica consta de 46 libros para el Antiguo Testamento, y 27 para el Nuevo. El Antiguo lo divide en libros históricos, didácticos o poéticos, y proféticos. Se privilegia en esta división la dimensión de la Historia de la salvación: el punto de partida lo constituyen los libros históricos que narran el proceso de la salvación; al final, se colocan los libros proféticos que son los que anuncian a Cristo.
-
3. LA BIBLIA EN LA FE DE LA IGLESIA: LA SAGRADA ESCRITURA, PALABRA DE DIOS ESCRITA POR INSPIRACION DEL ESPIRITU SANTO
En el apartado anterior se examinaban algunas denominaciones de la Sagrada Escritura –Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento– que reflejaban ante todo su forma o su contenido. Perotambién se ha advertido al inicio que la Escritura se entiende como obra divina. Diversasexpresiones subrayan esta dimensión.
-
La Sagrada Escritura
Es una denominación del Nuevo Testamento para referirse a los textosdel Antiguo. La expresión más habitual es «la escritura (ἡ γραφὴ)»,. o «las escrituras (αἱ ραφαὶ.)», que aparece unas 50 veces. En diversas ocasiones, sin embargo, se subraya de maneraexplícita la dimensión sagrada: «las escrituras santas (γραφαῖς ἁγίαις )» (Rm 1,2), «las sagradasletras (τὰ ἱερὰ γράμματα )» (2 Tm 3,14), en una expresión que recuerda a otras de los libros delos Macabeos: «los libros santos (τὰ βιβλία τὰ ἅγια )» de 1Mac 2,19, o «el libro sagrado (τὴν ἱερὰν βίβλον)» de 2Mac 8,23. En el contexto helenístico del tiempo en el que aparecen, estasexpresiones tienen cierto paralelo en los decretos reales: si se tiene por divino al emperador, dannoticia del origen no humano. En el uso bíblico es evidente que se refieren a las escrituras de Israel y que a estas escrituras se les da un valor autoritativo, ya sea porque contienen palabras de Dios, ya porque Dios se expresa en ellas. Por tanto, la expresión mira hacia el origen divino delos textos, sea de los escritos mismos, o ya sea, sin más, del contenido de los escritos. Los Padres de la Iglesia, ya desde el los primeros siglos, otorgaron la misma denominación a los textos del Nuevo Testamento.
-
Palabra de Dios
Hoy en día, es una de las expresiones favoritas para designar la SagradaEscritura en la Iglesia. Sin embargo, esta expresión es fácilmente anfibológica, por lo que sehace necesario precisar un poco más su sentido. «Palabra de Dios» no es, ni en la Biblia ni en laIglesia, un concepto uniforme. En el Antiguo Testamento, designa a la palabra por la que Dioscrea todas las cosas, y designa también las comunicaciones de Dios a los hombres: las de Diosmismo o las palabras de los profetas. En el Nuevo Testamento la expresión se aplica a diversostextos del Antiguo Testamento, a palabras de Jesús (Lc 5,1) y a las palabras de la predicaciónapostólica. En la vida de la Iglesia, esta variedad de realidades que se designan como palabra deDios se amplia a otras como la entera Escritura, o la palabra de la predicación. En este marco sepuede entender con más precisión qué entendemos cuando decimos que la Escritura es Palabrade Dios. La predicación de la Sagrada Escritura como Palabra de Dios es en cierta manerametafórica, como la palabra del Profeta o del Apóstol, la palabra de la Escritura es palabrahumana y «es y no es» palabra de Dios. Ciertamente, no entendemos la Sagrada Escritura como«palabras de Dios» sino como un «discurso inteligible» que tiene su origen en Dios. Laformulación también se puede entender como una metonimia. La palabra profética o la palabra apostólica, pronunciada por los hombres como Palabra de Dios, está contenida en la Sagrada Escritura. En todo caso, lo que no podemos obviar es la anfibología del origen: hay diversasrealidades en la Iglesia a las que se denomina Palabra de Dios y la Biblia es una de ellas. Puestoque todas estas realidades están relacionadas entre sí, lo que hay que ver es el la relación de laSagrada Escritura con las demás: con la palabra profética pronunciada, con Jesucristo, laPalabra de Dios encarnada, con la predicación de la salvación en la Iglesia, etc.
-
Escritura divinamente inspirada
La expresión tiene su origen en la Vulgata, refiriéndose alAntiguo. San Pablo exhorta a Timoteo a servirse de la Escritura porque «omnis scripturadivinitus inspirata» (2 Tm 3,16), y la segunda carta de San Pedro se refiere a que los contenidosde los textos del Antiguo Testamento no tienen un origen únicamente humano ya que «SpirituSancto inspirati locuti sunt sancti Dei homines»(2 P 1,21). Los dos textos hacen una referenciaal «Espíritu» de Dios en la constitución de la Escritura del Antiguo Testamento. En toda latradición de la Iglesia se repite esta idea: los libros de la Biblia, aunque compuestos porhombres, no tienen un origen humano, ya que están «escritos por inspiración del EspírituSanto». También aquí debemos ser precavidos en las afirmaciones, pues intuitivamentepodemos entender que la inspiración constituye a los textos de la Escritura Palabra de Dios. Enrealidad, ni en la Sagrada Escritura, ni en el Magisterio de la Iglesia se dice expresamente esto:sí es expreso, en cambio, que para ser Palabra de Dios, una de las condiciones que tienen quetener los textos es haber sido inspirados. Más adelante se verán estos extremos con más precisión.
Por tanto, con estas denominaciones se percibe que, en la tradición de la Iglesia, no hay ningunaduda de que la Biblia no tiene su origen en los hombres sino en Dios. Pero, al mismo tiempo, sedeja notar también que no son escritos compuestos por escritores en estado de rapto espiritual,sino que son también escritos plenamente humanos. Se ha afirmado que el cristianismo participade la noción de inspiración común a muchas religiones, pero que tiene caminos propios, demodo que sus libros son revelación, pero no como resultado de una revelación, sino de unainspiración. Para explicar esto sin llevar a una confusión excesiva hay que convocar otros elementos; como mínimo, dos, Jesucristo y la Iglesia.
-
4. LA BIBLIA EN LA IGLESIA. RELACION ENTRE EL MISTERIO DE LA ENCARNACION, LA ESCRITURA Y LA IGLESIA
De cuanto se ha dicho hasta ahora, puede deducirse que la propiedad esencial de la Sano es quesea Palabra de Dios, sino que es Palabra de Dios y palabra humana a la vez. Y esta condiciónremite directamente al misterio de la encarnación del Verbo –Cristo es verdadero Dios yverdadero hombre al mismo tiempo– como fuente, y analogía esencial, de los misterioscristianos (cfr Dei Verbum, n. 13; Lumen Gentium, n. 8). Por tanto, en dependencia de esanoción, la Escritura debe relacionarse y entenderse con referencia a otras realidades que también participan de la doble dimensión, divina y humana, visible e invisible, como la Iglesia o los sacramentos.
Tal vez el mejor camino para entender la Sagrada Escritura sea la noción de misterio. Dice Dei Verbum, n. 2:
«Quiso Dios en su bondad y sabiduría revelarse a sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad (cf. Ef., 1, 9), mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina (cf. Ef., 2, 18; 1 Pe., 1, 4)».
La frase describe el origen de la revelación , la bondad y la sabiduría de Dios, y su contenido: el misterio de la salvación de los hombres a través de Cristo. Ahora bien, este contenido de la revelación se apunta desde dos dimensiones: como realidad de salvación ycomo misterio. En primer lugar es una realidad: no se trata de que Dios nos revele a través deCristo cómo podemos llegar a salvarnos; antes que eso el texto afirma que Cristo es lasalvación. Pero que sea una realidad no niega que sea también revelación: el gesto de laEncarnación, los gestos y las palabras de Cristo, en la historia de los hombres, son revelación.Todo esto es lo que Dei Verbum, y el vocabulario cristiano, denominan el «misterio». ¿Qué es el misterio cristiano?
Conviene en primer lugar no confundir, o no reducir, misterio con enigma. Ciertamente, todomisterio tiene algo de enigmático, pero el misterio, sobre todo, revela, no esconde. El misterioes como una rendija por la que podemos ver la profundidad de Dios. La palabra misterio es casiuna transcripción de la homónima griega mystêrion, y traduce también la latina sacramentum.En el lenguaje de la Biblia aparece por vez primera en los últimos escritos del AntiguoTestamento, para referirse a las decisiones eternas de Dios, reveladas a los elegidos, que tendránlugar en los últimos tiempos. El Nuevo Testamento, conservando ese significado revelador,introduce una diferencia, ya que el objeto de la revelación, el misterio, es la persona deJesucristo cuyas acciones manifiestan el proyecto divino de salvación. Además, el misterio nose refiere únicamente a un conocimiento intelectual; tiene algo de vital. Sólo quien está dentro,con Cristo, lo entiende; desde fuera, es algo enigmático (cfr Mc 4,11-12).
Ahora bien, nosotros percibimos a Jesús en sus acciones humanas: en su predicación, en susacciones benéficas hacia los enfermos, en su misericordia, etc. En todas estas acciones, a travésde su humanidad, podemos percibir su divinidad. Ciertamente, por parte de los hombres,confesar la divinidad de Jesucristo es un don de Dios (cfr Mt 16,16-17), pero que se despiertadesde las acciones de Jesucristo. En conclusión, si solo a través de la humanidad del Verbo, desu historia entre los hombres aprendemos el ser y el mensaje de Dios, la humanidad del Verbo es el instrumento con el que se revela la divinidad.
Esta noción es la que analógicamente se aplica a la Sagrada Escritura. A través del lenguajehumano de los libros se revela la Palabra de Dios; es más, ese lenguaje humano es instrumentopara conocer el mensaje de Dios. Pero aquí conviene volver a recordar los dos puntos centralesde la noción de misterio: por una parte, el misterio no agota el ser de Dios, hay siempre algo quepermanece enigmático; por otra, la dimensión humana de la Escritura nos conduce hasta elumbral de la dimensión divina. Sólo desde dentro, desde la fe y desde la gracia, confesamos quela Escritura es palabra de Dios a los hombres.
Ahora bien, la Encarnación del Verbo no es un hecho aislado e independiente de las diversasacciones de Dios con los hombres. El misterio de la salvación de Dios comporta la creación, lamanifestación a nuestros primeros padres, y, sobre todo, la creación del pueblo de Israel al quehizo depositario de sus promesas. En el marco de este pueblo se realiza la obra de Cristo, quien,cumpliendo las promesas de Dios a Israel, estableció una nueva alianza «convocando un pueblode entre los judíos y los gentiles que se condensara en unidad no según la carne, sino en elEspíritu, y constituyera un nuevo Pueblo de Dios» (Lumen Gentium, n. 9). Ese nuevo pueblo esla Iglesia. La Iglesia «es en Cristo como un sacramento, o sea, signo e instrumento de la unióníntima con Dios y de la unidad de todo el género humano» (Lumen gentium, 1), por eso, paracomprenderla «se la compara, por una notable analogía, al misterio del Verbo encarnado, puesasí como la naturaleza humana sirve al Verbo divino como de instrumento vivo de salvaciónunido indisolublemente a Él, de modo semejante la articulación social de la Iglesia sirve al Espíritu Santo, que la vivifica, para el acrecentamiento de su cuerpo» (Lumen gentium, 8). Enesta descripción, ya tenemos los elementos necesarios para comprender el misterio de la Sagrada Escritura en la Iglesia.
¿Qué consecuencias tiene esta reflexión para la Sagrada Escritura?
- En primer lugar, nos enseñaque la Sagrada Escritura no puede entenderse de manera aislada, sin relación con los demáselementos de la Iglesia. Pero no se trata de una mera comprensión del mensaje. La SagradaEscritura sólo puede ser palabra de Dios en la Iglesia. Fuera de la Iglesia, la Sagrada Escrituraes, por usar la imagen de Lutero, como las leyes de un país extranjero para mi: objeto decuriosidad, o de admiración, o de conocimiento, pero no palabra de Dios que me interpele.
- En segundo lugar, la fe confiesa que la Iglesia es como un sacramento, o sea, un signo y uninstrumento, de la acción de Dios. Dicho de otra forma, en la Iglesia, los aspectos visiblesrealizan y muestran los aspectos invisibles de la santificación. Este uso de la palabrasacramentum conviene con uno muy común en los Padres. En ocasiones, aplicaban esta palabraa la profesión de fe, a la Eucaristía y a los sacramentos de la iniciación cristiana, y también a laSagrada Escritura: «Sacramento, decía San Agustín, es decir, cualquier palabra de lasEscrituras». Y aquí, la analogía ya toma otro cariz distinto, pues no se refiere sólo a lacomprensión de la Escritura, sino a su ser y a su obrar en la Iglesia, pues es a través de ella,como instrumento, como Dios habla a su Iglesia. Es la Iglesia quien recibe la Escritura y laentrega a los fieles convertida en Palabra de Dios.
En este sentido, considerando la forma y la función de la Escritura en la Iglesia, es común laasociación de la Sagrada Escritura con los siete sacramentos, especialmente con la Eucaristía,como se recoge, por ejemplo en Dei Verbum, n. 21. Sin embargo, no hay que olvidar que laanalogía no es equivalencia, y de hecho, el Concilio no los trata como análogos, sino como dosacciones distintas. Podemos concluir, por tanto, que el «misterio» de la Escritura es inseparableen la fe cristiana del «misterio» de Cristo y de la Iglesia. O, tal vez mejor, los misterios de laIglesia y de la Escritura son dos aspectos complementarios del «misterio» de Dios queencuentran su razón de ser y su plenitud en el «misterio» de Cristo, Verbo Encarnado, del queson inseparables. En la actual economía de la salvación no se puede hablar de Cristo sin laIglesia, ni de la Iglesia sin Cristo. No se puede entender la Iglesia sin la Escritura, ni la Escritura sin la Iglesia.
|
|